LEY CELAÁ Y LIBERTAD
Finalizábamos el 2020 hace menos de un mes. Año que pasará a la historia por ser un convulso, duro y complicado, a causa de la COVID-19, no solo para la salud o la economía; también para la educación. El pasado 23 de diciembre, la Cámara Alta, el Senado aprobó definitivamente la LOMLOE, más conocida por la “Ley Celaá”, octava ley educativa en cuarenta y tres años de democracia.
Si algo me preocupa de esta ley, además de que nace sin consenso ni diálogo entre otras muchas más cosas, es que vulnera la libertad de elección de los padres a elegir centro y ataca de forma flagrante a la asignatura de Religión, elegida por 3.337.917, el 61% de alumnos en edad escolar y sus respectivas familias.
Como profesor de Religión Católica en varios institutos públicos de Logroño desde hace quince años, he conocido dos leyes educativas, la LOE (PSOE) y la LOMCE (PP). La LOMLOE, (PSOE) será la tercera. Tengo que decir que las leyes educativas del PSOE, atacan y minusvaloran la asignatura de Religión y a los alumnos que optan por ella, como si la presencia de la Enseñanza Religiosa Escolar, fuera el motivo del fracaso educativo que tenemos en España. Con la LOE, los alumnos podían escoger entre Religión, Alternativa e Historia y Cultura de las Religiones en la ESO. En la Alternativa a la Religión, los alumnos hacían deberes o estudiaban para otras asignaturas. Esto suponía un “agravio comparativo” para con el resto del alumnado. En Bachillerato era aún más “heavy”, los alumnos que no optaban por la asignatura de Religión, se iban a casa o no venían hasta la siguiente hora ya que en muchos centros ponían la clase de Religión a primeras horas de la mañana o bien a últimas.
Con la LOMLOE, la asignatura de Religión no tendrá “asignatura espejo” es decir Alternativa, como existe actualmente con la LOMCE. Con la actual ley, los alumnos que no optan por la asignatura de Religión, cursan la asignatura de “Valores Éticos”. Con la LOMLOE, la asignatura de Religión será evaluable, pero no computable a efectos académicos para la media como lo era con la LOMCE.
Con la LOMLOE, la “brecha” de agravio comparativo entre alumnos que opten por la asignatura de Religión y los que no, será mayor.
La Constitución Española de 1978 y los Acuerdos Internacionales firmados entre el Estado Español y la Santa Sede en 1979, marcan el derecho y el acuerdo para que se imparta la asignatura de Religión. En los Acuerdos entre los dos Estado, también se dice en el artículo II, cito literalmente: “Los planes educativos… incluirán la enseñanza de la Religión Católica en todos los Centros de Educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”.
Lo que pretende el actual gobierno, PSOE-Unidas Podemos con los votos a favor de partidos minoritarios representados en el Congreso tales como Mas País, Compromís, Nueva Canarias, ERC y el PNV que votaron a favor de la Ley Celaá, ya que no pueden eliminar la asignatura de un plumazo, es asfixiarla poco a poco, para así provocar que los alumnos que opten por la asignatura de Religión sea un porcentaje muy minoritario.
¿Por qué esta persecución, acoso, devaluación de la asignatura de Religión en la escuela por parte del PSOE y sus socios, siempre que presentan una nueva ley educativa?
La asignatura de Religión no sólo ayuda y favorece una mayor y mejor comprensión del arte, la literatura, la historia, la música, las costumbres y las fiestas religiosas entre otras, sino que también responde de forma completa y coherente a las grandes preguntas, aportando razones para amar, razones para creer y razones para esperar. Ofrece una explicación ordenada y razonada de los fundamentos, contenidos y exigencias morales de la Religión Católica, y logra una comprensión de la vida religiosa adecuada a cada edad y nivel de desarrollo cultural, conociendo el valor e influencia del cristianismo y de su mensaje en la cultura Europea. La asignatura de Religión aporta y potencia la libertad,ayudando al alumnado a desarrollar su pensamiento crítico.
El pensamiento relativista de una gran parte de nuestra sociedad y el espíritu laicista de nuestro actual gobierno hace que la nueva ley, la LOMLOE, sea un ataque a la libertad de elección.