La moción del: ¡reloj detén tu camino!!, tu tic-tac, me recuerda! Que yo sin el PSOE, no soy nada!; esa moción del cambio de cromos del CJPG, entre PP y PSOE trajo a mi memoria, la película “Gladiator” y en mi opinión, los protagonistas en la arena del circo parlamentario son:Rajoy en el papel de el emperador Marco Aurelio, Sanchez es Cómodo el ambicioso hijo que asesina a su emperador vía moción de censura, Cayetana Alvarez de Toledo es Lucila, a quien Falco no quería, Casado en el papel del Senador Falco aliado de Cómodo y quien le ayuda a consolidar su poder; el General Máximo, gladiator que encarna el patriotismo no es otro que Santi Abascal, Iglesias en el papel de Quinto el general traidor,Ignacio Garriga es Juba, aliado y amigo de gladiator y en el papel de la horda de bárbaros, Echenique, Rufián, Lastra, Esteban, etc.; en sus penosas intervenciones, hicieron gala de su falta de preparación académica, nulo parlamentarismo a pesar de los años de profesión;se nota demasiado que les van preparando por escrito lo que tienen que decir como replica, mientras habla el diputado de turno y Finalmente nosotros en el papel de “el populacho”, el que se muere todos los días, los que realmente pronuncian las palabras“AVE CESAR, LOS QUE VANA A MORIR TE SALUDAN”,porque a los enfermos plebeyos de corona-virus no se les atiende igual que a sus señorías, que cuando enferman los llevan a la Clínica Ruber.
Y entonces, Vi el fracaso de Casado, su mirada estupefacta, ante el gesto de Petrus Imperator; era el mismo gesto de magnanimidad y complacencia que mostraba Poncio Pilatos con Ben-Hur, con la diferencia de que mientras Ben-Hur, no quiso ser cómplice del poder de Roma; Casado por el contrario se abrazo al gobierno socio comunista, abrazó a un partido que está a las puertas de la imputación, a ETA, a los independentistas, a los CDR, a Maduro; era el colofon de su supremo y cordial desprecio hacia Abascal, cuando le dijo que amaba la España de Torquemada; pero fue Usted, en su frenético arranque de locura, el que se convirtió en Tomas de Torquemada, “el martillo de los herejes, el relámpago de España, el protector del gobierno socio-comunista”.
Usted se ha unido a “los captores” de España para que se nos siga alimentando con el “maíz gratuito”, disfrazado de programas sociales, subsidios, limosnas sin finanzas, regalando el dinero que se saca del propio trabajador al hablar de expropiaciones. Usted dijo: “hemos ganado la batalla”; pero no se han dado cuenta de que han perdido la guerra.
Habló Usted de Von Hayek, Von Misses, Popper, pero no dijo nada del camino de servidumbre, de los fundamentos de la libertad, de los enemigos de la sociedad abierta. Se le olvido que el socialismo sigue creyendo los dogmas marxistas de 1848, se lo dijo la Sra. Lastra, con la mentira de la justicia social, y Usted ni cuenta se dio de que ella proclamaba los eternos dogmas del comunismo, el primero que el mercado centralmente planificado es más eficiente, con menos despilfarro de recursos y que también es más justo y productivo porque redistribuye con justicia la riqueza socialmente producida; quiero recordarle que esta falacia dejo de existir en 1975, cuando incluso los socialista se dieron cuenta de que el libre mercado era más ahorrativo, eficiente, productivo, más generador de riqueza y de valor agregado, esto fue lo que hizo caer la URSS. Usted no consulto con sus economistas, para traer un programa de inyección financiera a las pequeñas y medianas empresas, con el compromiso de invertir más en capital fijo, maquinaria, mejoras, I+ I+D etc., porque si podemos invertir más, seremos más productivos y entonces más productiva será nuestra mano de obra y eso nos permitirá disminuir nuestros costos y en la medida en que estos disminuyen, más probabilidades tendremos de sobrevivir en competencia, abaratar precios y el resultado a largo plazodel aumento de la productividad fruto de la inversión tecnológica incorporada en los procesos de producción, hará que surja la competencia entre los empleadores por la mano de obra y los salarios aumentarán; eso si, !a largo plazo ¡. Esto lo explica Sir John Hicks ¡¡léalo!!, fue lo que no entendió Marx y a día de hoy son muchos los que siguen sin entender, por culpa del dogmatismo. En mi opinión la libertad es para una nación, más importante que la seguridad política centralizada.Usted perdió la razón y despreció la sensatez.